EN 1892, UNA DÉCADA DESPUÉS DE QUE EDISON DIERA A CONOCER LA LÁMPARA INCANDESCENTE, LOS INVENTORES BRITÁNICOS R. E. CROMPTON Y J. H. DOWSING PATENTARON LA PRIMERA ESTUFA ELÉCTRICA PARA USO DOMÉSTICO. EL NUEVO APARATO CONSISTÍA EN UN ALAMBRE DE ALTA RESISTENCIA ENROLLADO VARIAS VECES ALREDEDOR DE UNA PLACA RECTANGULAR DE HIERRO. EL ALAMBRE, QUE AL CONDUCIR LA ELECTRICIDAD ADQUIRÍA UN BRILLO BLANCO ANARANJADO, ESTABA SITUADO EN EL CENTRO DE UNA PANTALLA PARABÓLICA QUE CONCENTRABA Y DIFUNDÍA EL CALOR EN UN HAZ.
NO TARDARON EN APARECER MODELOS PERFECCIONADOS DE ESTUFAS ELÉCTRICAS, Y DOS DE LOS MÁS NOTABLES FUERON EL DE 1906, DEBIDO AL INVENTOR ALBERT MARSH, DE ILLINOIS (EE. UU.), CUYO ELEMENTO IRRADIANTE, DE NÍQUEL Y CROMO, PODÍA ALCANZAR TEMPERATURAS AL ROJO BLANCO SIN FUNDIRSE; Y LA ESTUFA BRITÁNICA DE 1912, QUE SUSTITUYÓ LA PESADA PLACA DE HIERRO EN LA QUE SE ENROLLABA EL ALAMBRE CALEFACTOR POR UN ELEMENTO LIGERO DE ARCILLA REFRACTARIA, CON LO QUE SE CONSIGUIÓ LA PRIMERA ESTUFA ELÉCTRICA PORTÁTIL REALMENTE EFICAZ.
EN EL SIGLO XI, ADQUIRIERON POPULARIDAD LOS GRANDES HOGARES SITUADOS EN EL CENTRO DE LAS VASTAS SALAS DE LOS CASTILLOS, CASTIGADAS POR LAS CORRIENTES DE AIRE, PERO DADO QUE SU CONSTRUCCIÓN PERMITÍA QUE EL OCHENTA POR CIENTO DEL CALOR ESCAPARA CHIMENEA ARRIBA, LOS MORADORES SE VEÍAN OBLIGADOS A MANTENERSE MUY CERCA DEL FUEGO. ALGUNOS HOGARES TENÍAN UNA GRAN PARED DE ARCILLA Y LADRILLO A CIERTA DISTANCIA DE LAS LLAMAS, LA CUAL ABSORBÍA CALOR Y VOLVÍA A IRRADIARLO CUANDO EL FUEGO DEL HOGAR EMPEZABA A APAGARSE. SIN EMBARGO, ESTA IDEA TAN SENSATA APENAS SE PUSO EN PRÁCTICA HASTA EL SIGLO XVII.
UN DISPOSITIVO MÁS MODERNO FUE EL EMPLEADO PARA CALDEAR EL LOUVRE, EN PARÍS, MÁS DE UN SIGLO ANTES DE QUE EL ELEGANTE PALACIO JUNTO AL SENA SE CONVIRTIERA EN MUSEO DE ARTE. EN 1642, INGENIEROS FRANCESES INSTALARON EN UNA ESTANCIA UN SISTEMA DE CALEFACCIÓN QUE ASPIRABA AIRE A TEMPERATURA AMBIENTE, A TRAVÉS DE UNAS CONDUCCIONES SITUADAS ALREDEDOR DE UN FUEGO, Y LO DEVOLVÍA UNA VEZ CALENTADO. PERO SE FORMABA ASÍ UN CIRCUITO CERRADO QUE ACABABA POR ENRARECER LA ATMÓSFERA. PASARÍAN CIEN AÑOS ANTES DE QUE LOS INVENTORES EMPEZARAN A IDEAR MANERAS DE ASPIRAR AIRE FRESCO DEL EXTERIOR PARA CALENTARLO.
EL PRIMER CAMBIO DRÁSTICO, EN MATERIA DE CALEFACCIÓN DOMÉSTICA, DEL QUE SE BENEFICIÓ UN GRAN NÚMERO DE PERSONAS, LLEGÓ A LA EUROPA DEL SIGLO XVIII CON LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
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